El linfogranuloma venéreo (LGV) es una infección de transmisión sexual causada por la clamidia, específicamente por las serovariedades LGV (L1, L2 y L3) de Chlamydia trachomatis. Es una infección endémica de África, India, el Sudeste Asiático, Sudamérica y el Caribe, con casos esporádicos en el resto del mundo.
La infección se desarrolla en tres fases y tiene unos síntomas específicos y una serie de complicaciones que detallaremos a continuación. Es una infección tratable que no deja secuelas graves.
SÍNTOMAS Y FASES DEL LINFOGRANULOMA VENÉREO POR CLAMIDIA
Se pueden distinguir tres fases en el LGV:
1.- La fase primaria se caracteriza por la formación de la lesión primaria en la mucosa genital o la piel de su alrededor (aunque C. trachomatis no es capaz de infectar el epitelio escamoso, sí que puede entrar en el organismo a través de pequeñas abrasiones o lesiones cutáneas) La lesión primaria es una pápula o una úlcera herpetiforme que aparece entre 3 y 30 días después del contacto. Con frecuencia la lesión no presenta síntomas (es asintomática), por lo que puede pasar desapercibida. Esta lesión cura espontáneamente sin dejar cicatriz. En esta fase se puede producir también infección intrauretral (uretritis sintomática), cervical (cervicitis) o rectal (produciendo proctitis).
2.-La fase secundaria se produce días o semanas después de aparecer la lesión primaria y se caracteriza por inflamación de los ganglios (linfadenopatías) y síntomas generales. La linfadenopatía es unilateral en dos tercios de los pacientes. Los ganglios linfáticos afectados son aquellos que drenan el territorio en el que se produjo la lesión primaria.
En hombres normalmente la lesión primaria se produce en el pene o la uretra, por lo que los ganglios inguinales son los que se inflaman.
En mujeres si la lesión primaria se produce en la vulva también se afectan los ganglios inguinales o femorales, y si se produce en la porción superior de la vagina o el cuello del útero se afectan los ganglios obturadores e iliacos.
Cuando la infección es rectal, se afectan los ganglios iliacos profundos.
Sin embargo la linfadenopatía inguinal es el síntoma más frecuente y el que más habitualmente se detecta. Inicialmente el ganglio afectado es único y de consistencia blanda, con un enrojecimiento en la zona superficial, pero a medida que se va extendiendo la infección desde el ganglio al tejido que lo rodea se va formando una masa inflamatoria. En el interior de la masa se forman abscesos que van confluyendo formando la lesión conocida como bubón, que puede romperse formando un absceso loculado, fistulas o tractos fistulosos. Los síntomas generales se asocian frecuentemente a esta fase, pudiendo aparecer fiebre, dolor de cabeza y dolores musculares. Si se produce la rotura del bubón se alivia el dolor y la fiebre, aunque los tractos fistulosos pueden seguir drenando pus amarillento y espeso durante varias semanas o meses hasta la curación de la lesión. Las biopsia de las lesiones presenta una reacción inflamatoria característica con una zona central formando abscesos estrellados que confluyen en cuyo interior hay neutrófilos y restos celulares, rodeada de células epitelioides en empalizada, macrofagos y células gigantes. Rodeando a esta zona existe otra de células plasmáticas y linfocitos. Esta estructura es característica pero no es exclusiva de LGV. La curación de esta lesión deja una pequeña cicatriz, y no deja secuelas por lo general. En un 20% de los casos puede recidivar en los casos no tratados. La ruptura de los bubones se produce únicamente en la tercera parte de los casos. El resto se induran y se forman masas inguinales que involucionan gradualmente con el tiempo. Los ganglios femorales se ven afectados con frecuencia, la división entre los ganglios femoral e inguinales por el ligamento inguinal produce el «signo de la ranura», característico de LGV. Únicamente un 20-30% de las mujeres presentan adenopatía inguinal como manifestación principal. Otros síntomas en mujeres y hombres homosexuales o bisexuales son la proctitis, proctocolitis, o dolor abdominal bajo o lumbar en debido a afectación de ganglios pélvicos y lumbares profundos.
3.-En la fase terciaria, las complicaciones incluyen el estiómeno, que es una lesión ulcerosa crónica, hipertrófica granulomatosa con aumento de tamaño de los genitales externos (vulva o escroto y pene). La obstrucción linfática puede producir también elefantiasis genital.
DIAGNÓSTICO DEL LINFOGRANULOMA VENÉREO POR CLAMIDIA
El diagnóstico se realiza mediante serología de clamidia, aislamiento del microorganismo en secreciones y tejidos (punción de ganglio), o histopatología. Las técnicas de amplificación de ácidos nucléicos presentan una gran sensibilidad. El diagnóstico diferencial de las lesiones deberá realizarse con herpes genital, sífilis, y chancroide.
TRATAMIENTO DEL LINFOGRANULOMA VENÉREO POR CLAMIDIA
El tratamiento para el LGV se basa en el uso de doxiciclina 100mg dos veces al día durante 21 días, y como alternativas eritromicina o sulfosixazol. Los bubones fluctuantes deberán ser drenados mediante aspiración con aguja para evitar su rotura y la formación de trayectos fistulosos. El tratamiento elimina rápidamente los síntomas generales aunque su efecto no es tan aparente en la curación de los bubones.