El 1 de diciembre es del Día Mundial de la lucha contra el SIDA, una oportunidad para concienciar a las personas sobre el VIH y poner de relieve la necesidad de trabajar activa y conjuntamente para erradicar la enfermedad y lograr acercarnos a la meta de una generación libre de SIDA a través de avances científicos y estrategias de prevención y tratamiento.
A pesar de que en términos generales en estos últimos quince años se han reducido los casos de infección por VIH, el retraso en los diagnósticos sigue suponiendo un problema de salud pública. El diagnóstico temprano del VIH es una mejora a nivel individual para la salud del paciente y también para toda la sociedad, puesto que un paciente que recibe tratamiento tiene una carga viral muy baja y no puede contagiar la enfermedad.
Alrededor de 36,9 millones de personas en todo el mundo viven con el VIH / SIDA. Y aunque desde el año 2000 las nuevas infecciones por VIH han disminuido en un 35% en términos generales, el 66% de las nuevas infecciones se siguen produciendo en los países del África subsahariana donde más de la mitad de las personas infectadas por VIH son mujeres.
Para el 2020 la OMS ha marcado la ambiciosa meta 90/90/90 que se basa en los siguientes objetivos:
- Que el 90% de las personas infectadas por el VIH estén diagnosticadas.
- Incrementar al 90% las personas con tratamiento antiretroviral.
- Lograr que el 90% de personas tratadas tenga cargar viral indetectable.
Se trata de una meta difícil de alcanzar incluso en los países desarrollados, que actualmente se encontrarían en torno al 50% de cobertura esos objetivos y mucho mas complicada de lograr en los países en vías de desarrollo que es donde se producen el mayor número de nuevos contagios.